miércoles, 19 de noviembre de 2014

Licores vacíos




Tu luna suspiro demasiado temprano, y tú con tu reloj liado.

Nos levantamos demasiado tarde, con aquella cara pálida de nariz chata mirándonos frente al cristal.
-¿Me harás la zancadilla por la escalera u será la pierna que se lleve la cadena al saltarse?
-No, hoy no será nada de eso jugaremos a otra cosa, a eso de ver cuánto aguantas en el suelo.

Llegue a la conclusión un viejo noviembre la cual el colchón no era tan malo solo que le daba demasiadas vueltas al verlo aplastado solo por un lado.

Todos se preguntan dónde se encontrara ella, como un fantasma que sabe muy bien donde esconderse pero que siempre guarda un ojo.


Acaso fueron los perros los únicos en llevarse la angustia u fueron los gatos felinos y oscuros. Ya no recuerdo si fue cuando el otoño se abría paso u era turno de la primavera.

Volveremos a aquellos mensajes embotellados pues a veces es lo único que piden las botellas de cristal vacías.
¿Campanas de san Clement u de Notre Dame?

Tiemblan los techos en sus habitaciones mientras que Piaf canta a pleno pulmón en su cocina.
¿Te imaginas una bonita Marsellesa a pie de montaña u incluso un Padam Padam.


Supongo que a veces muy frecuentemente me sigo dando cabezazos con la pared, por tradición u maldición, costumbre u manía, por placer u castigo, es lo mismo.

Yo la quería besar, ella quería morderme.

Excuse moi, no tengo otro remedio u otra manera de llámalo como quieras.


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