-¿Cuervo donde estas?, te reclamo, te suplico. Llévame
contigo alma oscura.
-Pides locuras, que te enseñe lo que esconde mi traje, que afile mi guadaña, que te de la mano con mi
esqueleto. Cuentos de un hombre loco suplicando alguna cura para su alma gris.
-Empiezo a necesitarlo, como aquel Dios con su cruz. Las
estrellas empiezan a alejarse demasiado, un agujero demasiado grande que me
hace sentir pequeño, muy pequeño.
-¿Acaso te propones vender tu alma al peor postor conmigo? Pues
es eso lo que hacemos por allí abajo, ni siquiera tienes las monedas, las
cambiaste por una bonita señorita.
-Que mas da el postor, pero pensé que aquella opción era de
libre albedrío.¿Cuanto tendré que pagar para poder perder la cabeza por una palpitación
ajena a la mía propia?. Ya solo se decir que no puedo mas, el espejo no refleja
nada, es un robot que hace sus costumbres concretas y luego se apaga.
-Sigues imaginando al Diablo como un cuervo negro y no es un
robot el que lo hace, aun así sabes que es solo una imaginación pues anhelas
perderte en algo.
¿Fue acaso como me enseñaron a verlos, o fue de la manera
que ellos crecieron?.
Seguramente sea lo primero, deje de creer en mi generación y
ahora no la entiendo, si vierais lo que otros han visto os replantearíais muchísimas
cosas pero jamás debéis ni deberías verlo, vuestro espíritu algún día moverá
montañas, no desperdiciéis lo que os enseñaron vuestros viejos solo permitiría
que el mundo fuese peor.
Cada día me siento mas censurado por mi mismo, son maneras
de volar, con alientos a alcohol y de algún vicio verde. Es solo un intento
para ayudar a aquella gris. Disculpad si me excedo a veces, y sobre todo agradecimiento
a aquellas personas que acaban leyendo a este mismo punto.
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