jueves, 29 de enero de 2015

El cuervo vestido de Diablo


-¿Cuervo donde estas?, te reclamo, te suplico. Llévame contigo alma oscura.

-Pides locuras, que te enseñe lo que esconde mi traje, que  afile mi guadaña, que te de la mano con mi esqueleto. Cuentos de un hombre loco suplicando alguna cura para su alma gris.

-Empiezo a necesitarlo, como aquel Dios con su cruz. Las estrellas empiezan a alejarse demasiado, un agujero demasiado grande que me hace sentir pequeño, muy pequeño.

-¿Acaso te propones vender tu alma al peor postor conmigo? Pues es eso lo que hacemos por allí abajo, ni siquiera tienes las monedas, las cambiaste por una bonita señorita.

-Que mas da el postor, pero pensé que aquella opción era de libre albedrío.¿Cuanto tendré que pagar para poder perder la cabeza por una palpitación ajena a la mía propia?. Ya solo se decir que no puedo mas, el espejo no refleja nada, es un robot que hace sus costumbres concretas y luego se apaga.

-Sigues imaginando al Diablo como un cuervo negro y no es un robot el que lo hace, aun así sabes que es solo una imaginación pues anhelas perderte en algo.



¿Fue acaso como me enseñaron a verlos, o fue de la manera que ellos crecieron?.
Seguramente sea lo primero, deje de creer en mi generación y ahora no la entiendo, si vierais lo que otros han visto os replantearíais muchísimas cosas pero jamás debéis ni deberías verlo, vuestro espíritu algún día moverá montañas, no desperdiciéis lo que os enseñaron vuestros viejos solo permitiría que el mundo fuese peor.




Cada día me siento mas censurado por mi mismo, son maneras de volar, con alientos a alcohol y de algún vicio verde. Es solo un intento para ayudar a aquella gris. Disculpad si me excedo a veces, y sobre todo agradecimiento a aquellas personas que acaban leyendo a este mismo punto.

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