jueves, 12 de febrero de 2015

Mis queridas señoras





¿Acaso te dije alguna vez señora que empeoro tu recuerdo a base de fría, fría bebida, y luego aun no mejor lo quemo base de humo, humo blanco y denso? Locos con sus métodos, al menos ella lo entiende y lo sabe.

Mis palabras llegaron demasiado tarde por pies de hielo, me pierdo en mi maldición ¿pero si salgo demasiado rápido, acaso la vuelta será mas dura? ¿algún retorno sin vuelta?

Y volvemos con nuestros cantos a las musas, aquellas aun visibles.

Se volverá reina sin mis ojos presentes, mientras ellos estarán perdidos mirando alguna fría pared.

Dichoso pájaro blanco que se posa y sale volando.

Tantos sentimientos metidos en una caja,¿Dónde irán a parar con el tiempo o solo cogerán polvo?

Deja de sacarme las lagrimas Dylan, ¿no estabas hecho para dos personas perdidas en sus pensamientos sin nada de ropa?. Tu también lo viste, su bonito trasero corriendo hacia la cama después de poner algún viejo disco tuyo que aun intento encontrar.

A veces me sigue pareciendo curioso como da vueltas la vida aunque me cueste hacerme a esa idea.


¿Alguno de nosotros dos tendrá un buen fin? solo habría que llevarse a uno para que el otro le siguiera, y así ir por el buen camino, mientras que la otra acabara descansando en una mesita de noche transformada en un libro a medio terminar con tapa dura.

Nos tocara  mover nuestra ultima y única pieza para sobrevivir.                                                                                  




domingo, 8 de febrero de 2015

Imaginaciones rutinarias


Ya no pudimos mas. Lo que sentía un hombre con su vació.

Tuvimos que asfaltar nuestros caminos como los antiguos romanos, sobre duras piedras.

Soñamos a diario que golpeamos una pared con las manos desnudas una y otra vez.

Restos de la condensación, como en ese coche en aquel barco.

A base de escucharnos aprendimos el código Morse de la contracción de nuestro pecho, parecido a los médicos sin herramientas.

El coyote y el chacal.
El marinero y el motero.


 Cientos de argumentos posibles pero cada palabra en silencio.

Que mas da lo que vea el espejo, es solo una sombra, un reflejo…

¿Qué tamaño tendrá mi locura? Precio seguro que no habrá.


Fui olvidando mis motivos, o se fueron, ya no recuerdo. Solo llegue a la vieja conclusión de que un hombre solo no es nada, y se convirtió en pesadilla.



Las pesadillas volvieron y ahora no tienen freno. Merezco tenerlas, son de las pocas cosas que un hombre consigue aun recordar.