martes, 2 de junio de 2015

Zapatos sin asfalto




Nos movimos sin zapatos, que remedio, se nos olvido.

Nos dejamos el corazón en una caja con un gran cerrojo, como aquel pirata que saqueaba naufragios extraviados.
Intentamos hablar con gestos perdidos, pero ya nadie entiende ese argot de comunicarse con los labios cerrados.

¿Cuanto vale una vida?¿Cuanto cuesta el alma? no os olvidéis de las dos monedas de oro para aquel extraño tipo de la barca.
¿acabaremos ajustando cuentas con el de arriba algún día o realmente no habrá nadie? puede que sea mañana que lo descubramos o dentro de 60 años.

Miedo que el alma nos ahogue¿acaso podrá con nosotros o solo es nuestra fiel compañera?

Añoro lo honesto, lo sincero, la perdida filosofía de nuestro ser, la ocultada mejor dicho.
Al venir aquí vendimos nuestra alma por dinero. Socrates nos señalaría del dedo por permitirnos seguir un mal trabajo poco honesto y no muy sincero.


Algún día visitaremos aquel Estocolmo que tantas pasiones levanto en mi sesera,visualizando la misma mujer una y otra vez.

¿Donde esta aquella señorita con su perfume?

Nos dejaremos las manos si no queda otro remedio.